miércoles, 16 de julio de 2025

Lo que hay que saber sobre los archivos Epstein y el gobierno de Trump

Los hechos inquietantes y las sospechas infundadas alrededor del caso Epstein han convertido a un delincuente sexual registrado en una obsesión con potencia política.
 

La afirmación que hizo Elon Musk el mes pasado de que Donald Trump aparecía en los archivos del FBI relativos al financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein fue señal de una grieta sonora y pública en el sistema de apoyo del presidente.
 
Esa grieta se ha convertido en un abismo en los últimos días, después de que el gobierno diera marcha atrás repentinamente en sus antiguas promesas de revelar detalles hasta ahora desconocidos de la investigación sobre Epstein, quien estaba a la espera de juicio por cargos de tráfico sexual antes de su muerte en 2019.
 
Los archivos restantes, según sugirieron funcionarios del gobierno, incluían una “lista de clientes” que muchos implicados en el caso insisten en que nunca existió. De pronto, algunos de los partidarios más fervientes y abiertos de Trump declararon que sospechaban que había un encubrimiento, aunque no estuvieran de acuerdo en quién estaba implicado ni por qué.
 
Durante el fin de semana, Trump instó a sus partidarios a pasar página, implorándoles en redes sociales que no “malgastaran Tiempo y Energía en Jeffrey Epstein, alguien que no le importa a nadie”.
 
Las consecuencias, aún en desarrollo, de la decisión del gobierno de Trump de mantener en secreto los archivos ponen de relieve el modo en que Epstein es una figura políticamente más potente ahora que cuando se suicidó hace seis años en una celda de Manhattan.
 
 
Epstein pagaba dinero a chicas adolescentes para que realizaran actos sexuales, y utilizaba a quien fuera alguna vez su novia, Ghislaine Maxwell, para reclutar y gestionar su plantel de víctimas.
 
Una investigación del FBI y de la policía de Florida condujo a su imputación en 2006. Dos años más tarde, se declaró culpable ante un tribunal estatal de dos delitos graves, incluido el de contactar a una menor con fines sexuales, en un acuerdo que evitó cargos federales que podrían haber supuesto penas de prisión mucho más graves.
 
Una serie de artículos publicados años después por The Miami Herald revelaron cómo el sistema de justicia penal se había inclinado a favor de Epstein, a pesar de las numerosas pruebas en su contra.
 
En 2019, fue detenido por agentes federales en la zona de Nueva York, acusado de traficar con decenas de niñas, algunas de tan solo 14 años, y de participar en actos sexuales con ellas. Las autoridades afirman que se ahorcó en una celda de la cárcel mientras esperaba el juicio.
 
Maxwell, por su parte, cumple una condena de 20 años de prisión tras ser declarada culpable en 2021 de conspirar con Epstein durante casi una década para ayudarle en sus abusos.
 
La propia naturaleza de los cargos contra Epstein contribuyó a parte de la confusión sobre lo que hizo. Al llamarle traficante sexual, los funcionarios federales dejaron a muchos con la impresión de que Epstein vendía niños a otros para que abusaran de ellos, pero eso nunca formó parte de la causa penal contra él.

El caso tiene muchos de los elementos de la vida real que alimentan la especulación e impulsan las teorías de la conspiración: una persona rica y con conexiones políticas que comete crímenes horribles impunemente durante años, una aparente falta de voluntad por parte de los funcionarios del gobierno para castigar a los delincuentes, y luego una muerte repentina en circunstancias aparentemente sospechosas.
 
El caso Epstein ofrece un nuevo y singular giro a esos elementos. Los conservadores aprovecharon la amistad de Epstein con el expresidente Bill Clinton, mientras que los liberales señalan su amistad de años con Trump y su muerte bajo custodia durante el primer mandato de Trump.
 
Mientras que la muerte de Epstein aumentó las sospechas de liberales y conservadores sobre el gobierno, los partidarios de Trump adoptaron públicamente la idea de que este por fin sacaría a la luz los sórdidos crímenes de las élites contra los niños. La obsesión con Epstein se convirtió en la versión más reciente y fuerte de otras ideas conspirativas que han cautivado a los leales a Trump a lo largo de los años, incluidas extravagantes y tenebrosas teorías como QAnon y el Pizzagate, ambas relacionadas con acusaciones engañosas de abusos sexuales a menores.
 
En un memorando sin firmar de la semana pasada, el Departamento de Justicia y el FBI dijeron que los archivos de Epstein no contenían el tipo de evidencias que justificarían investigar a otras personas. Las grabaciones de video de material de abusos sexuales a menores encontradas por los investigadores no eran, como algunos han sugerido, videos que Epstein grabara de delitos cometidos por él mismo o por sus amigos, sino material que él descargó, dijo la fiscal general Pam Bondi.
 
Entonces, ¿qué hay en los archivos que Bondi y Patel se han negado a divulgar?
 
Los archivos del FBI sobre los ricos y famosos suelen ser una mezcla de información real, rumores extraños y especulaciones absurdas. Por ejemplo, los agentes federales pensaron alguna vez que Frank Sinatra estaba en una conspiración secreta con su dentista, mientras intentaban determinar si el cantante y actor era un simpatizante comunista.
 

Contrariamente a lo que sugirió Musk, el mero hecho de ser mencionado en un expediente del FBI no es por sí mismo incriminatorio, ya que dichos expedientes suelen contener declaraciones de testigos, información sobre las víctimas y pistas erróneas. Y numerosos informes demuestran que Epstein y Trump fueron amigos durante años, y se veían con frecuencia en fiestas de la alta sociedad en Florida y Nueva York.

En una entrevista concedida en 2002 a la revista New York, Trump dijo que Epstein era un “tipo estupendo” al que conocía desde hacía 15 años. Trump añadió: “Incluso se dice que le gustan las mujeres guapas tanto como a mí, y muchas de ellas son jóvenes”.

Sin embargo, dos años más tarde, en noviembre de 2004, los dos acabaron compitiendo por la compra de una finca de Florida que estaba en quiebra. Al final, Trump superó a Epstein en la puja por la propiedad.

Apenas hay constancia pública de que los dos hombres interactuaran después de aquella batalla inmobiliaria. Trump vendió la propiedad cuatro años después a un empresario ruso, obteniendo más del doble de lo que pagó por ella.

Poco después de la subasta de noviembre, la policía de Palm Beach recibió un aviso de que se había observado a mujeres jóvenes entrar y salir de la casa de Epstein, según dijo el jefe de policía en una declaración.

Cuatro meses después, la policía recibió una denuncia más importante, de una mujer que dijo que Epstein había pagado a su hijastra adolescente para que le diera un masaje mientras ella estaba desnuda, según un informe policial. Ello condujo a una investigación que posteriormente identificó al menos a una decena de víctimas potenciales.

Epstein sobrevivió a esa investigación con su fortuna y su libertad prácticamente intactas. Su detención en 2019, seguida de su muerte bajo custodia, dio un nuevo significado a un caso que había planteado cuestiones inquietantes sobre el papel que desempeñan el dinero y las influencias en los casos penales.

Devlin Barret cubre el Departamento de Justicia y el FBI para el Times.

 

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