miércoles, 3 de abril de 2024

El umbral del dolor

 



La definición del umbral del dolor, se entiende como la intensidad mínima a partir de la cual un estímulo se considera doloroso.y

Hay quien presume —o no— de tener un «umbral del dolor muy alto» antes de enfrentarse a una situación que sabemos que nos va a generar daño, ya sea un tatuaje o una punción lumbar. 

«Hay quien habla sobre su umbral del dolor, calificándolo como muy alto. Al final es una forma de expresar las cosas, de hacer ver que algo te duele mucho. Objetivar de alguna manera el dolor es imposible. No es como una analítica, en la que puedes ver los niveles concretos de hemoglobina y en la que sabes la cifra; esto tú no lo puedes objetivar. No hay ningún número. Muchas veces se emplean esas expresiones para demostrar que te duele mucho, o que eres una persona muy dura y que la asistencia está justificada. Pero es tan difícil de percibir, como el umbral de la alegría, la tristeza o la capacidad de ánimo», explica el médico.

En cualquier caso, y más allá de las definiciones más académicas sobre lo correcto o incorrecto que puede ser referirse al 'umbral del dolor', los expertos aclaran que ni siquiera se trataría de una variable constante. Nuestro umbral del dolor cambia; por supuesto a lo largo de los años, pero también a lo largo del día. Un mismo estímulo doloroso puede dolernos más por la mañana que por la tarde, así de claro. «Es totalmente cambiante».

«Incluso hay quien apunta que, dependiendo del nivel hormonal, la tolerancia al dolor puede cambiar; el nivel de estrógenos, por ejemplo, influiría en la percepción de dolor. Hay muchas mujeres que nos dicen que durante la regla notan el dolor con más intensidad. Aunque no hay estudios concretos que certifiquen esto, sería aventurado descartar alguna relación», explica añadiendo que, por supuesto, influyen también los estados personales: «No es lo mismo que tengas un dolor ciático después de que, por ejemplo, fallezca tu pareja con ese duelo personal que estás pasando, a que tengas un dolor ciático en un momento en el que todo te va bien y tienes a toda tu gente al lado. Tu historia personal influye en el dolor que estás percibiendo». Aunque todo esto pueda parecer muy abstracto. 

Medir del 0 al 10 el dolor que un paciente experimenta. El 0 sería la ausencia de dolor y el 10 se correspondería con el dolor más insoportable que una persona pueda imaginar. 

Todo esto, que puede parecer tan etéreo, se entenderá mejor con el ejemplo de dos mujeres embarazadas con condiciones muy distintas. «Ante una experiencia de un parto doloroso, una mujer que lleva un año con fecundación in vitro deseando tener un hijo, probablemente te diga que el parto le ha dolido un 4 sobre 10; una chica que no quería quedarse embarazada, pues habrá pasado el parto de su vida: un 10 sobre 10. Las expectativas, lo que te rodea, tu cultura, tu manera de ver las cosas, la experiencia en cómo hago las cosas condiciona mucho tu experiencia de dolor, por eso decimos que el dolor es subjetivo», añade la experta.

Quién soporta mejor el dolor: ¿hombres o mujeres?, ¿jóvenes o personas mayores?

En cada familia siempre hay un 'mal enfermo', un término que solemos usar para referirnos a aquellas personas que ante el más mínimo contratiempo de salud dejan patente su malestar. Es una situación en la que suele salir a relucir esto del 'umbral del dolor'. Popularmente, está bastante extendido que los hombres —que no sufren los dolores de regla (dismenorrea)— toleran menos el dolor. ¿Es esto cierto?

¿Pero existe algún condicionante en el sexo que nos pueda dar pistas? La experta hace un par de apuntes realmente interesantes basados en datos científicos. «Las mujeres tenemos, generalmente, una historia de salud bastante más en machacada. En general, las mujeres sufren más patología dolorosa y esto lo sabemos por un montón de estudios de prevalencia. Casi todos los cuadros de dolor predominan más en mujeres que en hombres; la intensidad del dolor, también. Las mujeres solemos tener mayor resistencia al dolor, el 'umbral de dolor' lo tenemos más alto; consideramos molestias lo que otros refieren como dolor. En parte, esto sucede porque tenemos una experiencia de dolor más amplia. Es habitual ver cómo los varones jóvenes tienen un umbral del dolor más bajo porque no han tenido nunca ninguna experiencia de dolor previa». Por tanto, «La percepción, la sensibilidad, el umbral del dolor en definitiva, dependerá de cada persona».

Es importante que no confundamos el umbral con la tolerancia al dolor, que es la intensidad máxima de dolor de la que somos capaces de soportar.

*Extraído de la red