Cirujanos realizan el trasplante en el Hospital General de Massachusetts en Boston (EE UU), el 16 de marzo.
Aún es pronto para saber qué fue lo que no funcionó en el caso de Faucette. En el de Bennett, que hizo historia al convertirse en el primer ser humano en recibir la víscera de un cerdo genéticamente modificada por la empresa Revivicor para impedir que el corazón ajeno creciera y para facilitar el encaje del órgano en el cuerpo humano y evitar el rechazo, se llegó a la conclusión de que fueron los anticuerpos producidos por su sistema inmunológico los que le jugaron la mala pasada. El corazón también tenía rastros de citomegalovirus porcino, un virus latente que afecta a los cerdos, que pudieron contribuir a las complicaciones del trasplante.
El xenotrasplante ―la transferencia de células, tejidos y órganos de un animal a un ser humano― es un campo médico altamente experimental que busca resolver el problema de la escasez de órganos humanos. En él, la empresa Revivicor, con sede en Blackburn (Virginia), está a la vanguardia. Fue fundada en 2003 como continuación a la compañía británica PPL Therapeutics, responsable de la creación en 1996 de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta.
Se dió de alta al primer receptor vivo de un trasplante de riñón de cerdo modificado genéticamente, ha sido dado de alta hoy del Hospital General de Massachusetts, dos semanas después de la operación. “He deseado que llegara este momento, salir del hospital con uno de los certificados de salud más limpios que he tenido en mucho tiempo, durante muchos años. Ahora es una realidad y uno de los momentos más felices de mi vida”, ha dicho el paciente, de 62 años. Slayman es la tercera persona que recibe un órgano de cerdo modificado genéticamente. Las dos anteriores recibieron el corazón y murieron poco después de sus trasplantes.
En Slayman, no se han observado síntomas de rechazo, la amenaza que pende sobre estos trasplantes. El órgano está cumpliendo las funciones renales, según los médicos, que le han dado el alta. “Estoy entusiasmado por volver a pasar tiempo con mi familia, mis amigos y mis seres queridos, libre de la carga de la diálisis que ha afectado a mi calidad de vida durante muchos años”, ha dicho Slayman en su comunicado. “Quiero dar las gracias a todos los que han visto mi historia y me han enviado buenos deseos, especialmente a los pacientes que esperan un trasplante de riñón. Hoy es un nuevo comienzo, no solo para mí, sino también para ellos. Mi recuperación avanza sin problemas y pido intimidad en estos momentos”, ha añadido.
La mayor parte del trabajo relacionado con los xenotrasplantes se ha centrado hasta ahora en los riñones de cerdo.
