domingo, 2 de junio de 2024

Candidatas, llevan ideología machista en sus contiendas

 

"Al primer error, van a aparecer voces diciendo que las mujeres no sirven en el poder", advierte Arussi. "Y eso que hemos tenido asesinos y corruptos como presidentes, sin que a nadie se le hubiera ocurrido decir que los hombres no sirven para gobernar."





Las dos principales rivales y favoritas para las próximas elecciones son mujeres: Claudia Sheinbaum, del partido gobernante de izquierda nacionalista Morena, alcaldesa de la capital, y la senadora Xóchitl Gálvez, de la coalición opositora de centroderecha "Fuerza y Corazón por México". 

"Si bien es un hito importante porque vamos a lograr romper el techo de cristal, llegando a la posición máxima de poder, tenemos que estar conscientes que esto no va a implicar forzosamente un avance de la agenda feminista", dice  Saraí Aguilar, académica de la Universidad Autónoma de Nuevo León y experta en cultura con perspectiva de género. 

Arussi Unda, vocera del colectivo feminista Las brujas del Mar, considera que la sociedad mexicana no es consciente del momento histórico. "Hace 70 años no podíamos votar, y ahora tendremos una presidenta", enfatiza. "Pero nada más lo entienden las mujeres mayores, las jóvenes que crecieron con la agenda de la paridad de género no lo dimensionan."

Ambas expertas ven con preocupación que ninguna de las dos candidatas tiene propuestas de género novedosas o un plan de acción concreto. "Vemos muchas promesas de dar dinero a las mujeres”, ha observado Aguilar. "Pero no vemos programas que empoderen en concreto a las mujeres”. Para la educadora, ambas candidatas "caen en el juego peligroso de asumir que dinero implica empoderamiento".

Sheinbaum propuso además dar rango constitucional al derecho a la vida libre de violencia y quiere empujar la ley contra la violencia vicaria. Esa ley castiga el uso de los hijos por parte de sus progenitores para ocasionar daño a la pareja. La mayoría de las víctimas suelen ser mujeres. Esta propuesta ya fue votada en la Cámara de Diputados en noviembre pasado, pero necesita sanción en el Senado.

Su punto negativo, según las expertas, es que, como alcaldesa capitalina, Sheinbaum ha reprimido fuertemente las protestas feministas y se declara heredera del proyecto político del presidente López Obrador. "Es la continuidad de un proyecto hegemónico de un hombre, que ha sido cuestionado por hacer recortes presupuestales, cerrando albergues para mujeres, estancias infantiles, y aboliendo el seguro popular, cuya falta afecta sobre todo a mujeres que perdieron el acceso al control médico por cáncer cérvico-uterino y de mama", enfatiza Aguilar.

Gálvez, por su lado, es apoyada por el conservador Partido de Acción Nacional, que tradicionalmente está en conflicto con la agenda feminista, aunque ella, por ejemplot, se ha declarado abiertamente defensora del derecho al aborto. También ha prometido impulsar programas de género dentro del aparato judicial, un bastión del machismo y del patriarcado donde muchas mujeres son revictimizadas y sus casos archivados. México tiene un alto índice de impunidad en delitos sexuales cometidos contra mujeres y niñas y niños.

Arussi duda que Sheinbaum y Gálvez, a pesar de ser mujeres, tengan realmente conciencia feminista. "Es bastante común que las mujeres que sean empresarias o políticas, recurran a masculinizarse", ha observado la comunicóloga feminista. "Ellas ven y ejercen la política como los hombres. Tienen la visión nublada y juegan con las reglas que los hombres pusieron, porque les han enseñado que sólo así se avanza."

Como ejemplo pone la forma en que las dos se comunicaron durante los debates. "Es una comunicación patriarcal. Claudia no mira a Xochitl, no se llaman con sus nombres, pero hablan de la candidata de las mentiras o la candidata del PRIAN (un término usado por AMLO para desacreditar como corruptos y oligarcas a los dos principales partidos tradicionales que apoyan a Gálvez, el PRI y el PAN). Entran al lamentable juego de la deshumanización."

Arussi duda que Sheinbaum y Gálvez, a pesar de ser mujeres, tengan realmente conciencia feminista. "Es bastante común que las mujeres que sean empresarias o políticas, recurran a masculinizarse", ha observado la comunicóloga feminista. "Ellas ven y ejercen la política como los hombres. Tienen la visión nublada y juegan con las reglas que los hombres pusieron, porque les han enseñado que sólo así se avanza."

Como ejemplo pone la forma en que las dos se comunicaron durante los debates. "Es una comunicación patriarcal. Claudia no mira a Xochitl, no se llaman con sus nombres, pero hablan de la candidata de las mentiras o la candidata del PRIAN (un término usado por AMLO para desacreditar como corruptos y oligarcas a los dos principales partidos tradicionales que apoyan a Gálvez, el PRI y el PAN). Entran al lamentable juego de la deshumanización."





Por Naturella