Diciembre en México sabe a mandarina, tejocote, guayaba, manzana y pera.
Una temporada donde las frutas hablan de origen, tradición y
territorio.
En México, el invierno tiene un aroma inconfundible: cítricos recién
pelados, guayabas maduras, tejocote tibio en el ponche y manzanas que
perfuman la cocina. Diciembre es la temporada que define a las frutas más esperadas
del año, las que llenan piñatas, mesas familiares, ensaladas navideñas y
mercados. Y más allá del sabor, cada una trae consigo un origen: un
territorio que explica por qué estas frutas saben como saben en pleno
invierno.
La temporalidad invernal es una radiografía del país: del Bajío frutícola al cinturón tropical del sureste,
pasando por los campos templados del centro. Estas frutas no solo son
ingredientes; son geografía viva, viaje sensorial y memoria decembrina.
Mandarina: la reina absoluta del invierno
La mandarina se siente,
se huele y se escucha en los mercados. México la cultiva principalmente
en Veracruz, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí y Tamaulipas, regiones
donde el frío moderado y los suelos húmedos permiten que llegue al
mercado jugosa y perfumada justo entre noviembre y febrero. Es la fruta
más buscada de las posadas porque combina dulzor, facilidad para pelarse
y un aroma que marca oficialmente el inicio de la temporada.
Guayaba: el aroma que calienta la temporada
La guayaba
mexicana tiene una identidad contundente gracias a su territorio. Su
principal cuna es Aguascalientes, seguido por Zacatecas, Michoacán y
Jalisco, donde los climas semiáridos permiten una fruta aromática y con un dulzor
equilibrado. En diciembre alcanza su cima: fresca, fragante y versátil,
imprescindible no solo en el ponche, sino en panes, compotas y postres
caseros.
Tejocote: la fruta que solo existe en estas fechas
El
tejocote es un regalo exclusivo del invierno y de unas cuantas zonas del
país. Proviene sobre todo de Puebla, Estado de México, Hidalgo y
Tlaxcala, donde los climas fríos de montaña le dan su textura firme y su sabor ligeramente ácido. Es la fruta más simbólica del mes: sin tejocote, no hay ponche y no hay diciembre.
Manzana y pera: el equilibrio fresco del invierno
La manzana y la pera mexicanas encuentran su carácter en las zonas templadas del norte y centro del país. Las principales regiones productoras son Chihuahua, Puebla, Coahuila y Durango para la manzana, mientras que la pera destaca en Puebla y Michoacán. Diciembre es su momento por calidad y precio: crujientes, dulces y perfectas para ensaladas, rellenos, postres y guarniciones de temporada.
Cítricos mexicanos: sabor que ilumina el frío
Naranja,
toronja, lima y limón tienen una grana historia productiva en regiones
cálidas y húmedas. Los estados clave son Veracruz, Colima, Yucatán,
Oaxaca, Michoacán y Tamaulipas, productores de cítricos que alcanzan su mejor punto entre noviembre y marzo. Su acidez refresca, balancea y despierta la mesa decembrina.
Piñatas, ponche y mesa navideña: Tradición que empieza en el campo
Las
frutas que llenan las piñatas mexicanas no son casualidad: son las que
llegan con fuerza en diciembre, directas de los estados que sostienen la
tradición. La mandarina que cae al romper la olla probablemente viene de Veracruz;
la guayaba que perfuma el ponche, de Aguascalientes o Zacatecas; el
tejocote, de los bosques fríos de Puebla; y la manzana que acompaña
pavos y ensaladas, del norte del país.
La mesa decembrina es un mapa agrícola: México entero concentrado en un solo mes, en un solo sabor, en una tradición que viaja del campo al fogón.
Nota cortesía:
Fuente de información:
Diego López (1 de diciembre de 2025). Las frutas del invierno mexicano, sabor y tradición para la temporada más festiva. El Economista. México. Recuperado el 3 de diciembre de 2025 de: https://www.eleconomista.com.mx/bistronomie/frutas-invierno-mexicano-sabor-tradicion-temporada-festiva-20251201-788906.html
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